jueves, 5 de julio de 2007

Dilemas del final de la vida


Dilemas del final de la vida


Existen diversos dilemas éticos con los que el equipo medico se enfrenta en el final de la vida de los pacientes, y por lo tanto, nosotras como profesionales de enfermería también.
Dentro de los cuales tenemos:



  • Abstención o suspensión de tratamientos

  • Orden de no reanimación

  • Retiro de ventilación mecánica

  • Encarnizamiento terapéutico.

  • Cuidado del paciente moribundo.

  • Diagnóstico de muerte cerebral.

  • Donación de órganos.

  • Traslado a otros centros asistenciales.

  • Muerte inminente.

  • Testigos de Jehová.

  • Eutanasia

  • Suicidio asistido

Más allá de los nombres que se puedan dar a cada una de las actitudes y acciones
ante el final de la vida (eutanasia y suicidio asistido, encarnizamiento terapéutico,cuidados Paliativos, etc.), lo que importa en el fondo son cuatro grandes actitudes globales: abandono, lucha, finalización y acompañamiento.

Abandono: Es una mezcla de despreocupación por lo que les pase a los demás y de huida ante los problemas ajenos, en los que, si presto atención e interés, me puedo ver comprometido, este abandono puede ser sencillamente la consecuencia de la ignorancia y la incapacidad.

Lucha: Concepto que se entiende como contraposición al abandono. En cierta medida, expresado como abandono en los tratamientos y en los cuidados, sirven también como respaldo de ese luchar por el enfermo. A veces esta lucha no tiene medida sino que se traduce en un excederse tanto en los objetivos que se pretenden como en los medios que se emplean para conseguirlos.

Finalización: Representa esa salida alternativa que se le abre o se le ofrece al paciente para dar fin a sus problemas de una vez por todas. No son el médico o el cuidador los que abandonan al paciente. Al contrario, es el paciente el que abandona cualquier compromiso con él mismo y con los demás. En este ámbito de finalización, terminación o cierre, se engloban la eutanasia (activa y pasiva) junto con el suicidio asistido y lo que se podría llamar falsa sedación.

Acompañamiento: Se opone a las tres actitudes que se han comentado hasta ahora; abandono, lucha y finalización. Única actitud ante el paciente que realmente pretende verlo en su integridad y que no se traduce en una decisión clínica concreta porque no lleva a hacer más o a hacer menos sino a adecuar los medios y los fines a las necesidades y las expectativas reales pero sin dejar solo al enfermo.

Rol del profesional de enfermería:

La enfermería tiene la responsabilidad de cuidar la salud de las personas… y tiene que poner a las personas en la mejor forma posible para que la naturaleza pueda actuar sobre ella. (Nightingale, 1859)

Estas palabras dan cuenta de nuestro rol en esencia y de la importancia que tiene el cuidar a pacientes que se acercan al final de su vida, ya sea por una enfermedad o simplemente por el paso de los años.

Una de las actitudes importantes que debemos desarrollar con los pacientes en general y mas aun con los que se encuentran en el final de su vida, es el acompañamiento, que no es solo “estar a su lado”, si no que demanda otras intervenciones como por ejemplo valorar su estado y según eso brindar los cuidados necesarios, ya sea para su “buen vivir” o su “buen morir”.

Muchas veces a estos pacientes se les abandona por estar en fase Terminal escudándose en la frase “¿para que?, si se van a morir”, poniendo por delante a cuyos pacientes donde su recuperación será inminente. Pero contrario a esto la enfermera debe luchar por su derecho igualitario de ser atendido y valorado al igual que los demás enfermos. Pese a esto, nos podemos encontrar en situaciones extremas como decidir a quien prestar los cuidados primero entre un paciente con posibilidades de tener una optima recuperación y un paciente en fase Terminal, donde, según nuestro criterio, se opta por el primer paciente, procurando que el otro paciente sea atendido lo antes posible.

También es importante saber discriminar entre un tratamiento justo y un encarnizamiento terapéutico, puesto que como profesionales de la salud debemos saber parar de tratar cuando la lucha por mantenerlo vivo se convierte en un sufrimiento adicional mas que un beneficio para el paciente.

Es imprescindible la labor que cumple la enfermera en lo que respecta a la educación de la familia del enfermo con relación a sus cuidados, puesto que estos pacientes no siempre están hospitalizados, si no que muchas veces la familia decide cuidarlos en el hogar sus últimos días, para lo que necesitan una buena preparación como cuidadores y además una preparación psicológica para enfrentar el proceso de duelo.

“Curar a veces, aliviar a menudo, acompañar siempre”1


1. Álvaro Sanz Rubiales1, María Luisa del Valle Rivero, Luis Alberto Flores Pérez, Silvia Hernansanz de la Calle, Celia Gutiérrez Alonso, Laura Gómez Heras, Consuelo García Recio, “Actitudes ante el final de la vida en los profesionales de la sanidad”
Servicio de Oncología y Unidad de Cuidados Paliativos, Hospital Clínico Universitario, Valladolid.

No hay comentarios.: